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TEOLOGÍA SOBRE ESHÚ

Muchos olochas tienen el criterio de que Eshú es la representación más genuina del mal. Contrario a Olofi, simboliza todo lo bueno. Este concepto nos llegó por vía de la tradición cristiana, que atribuye una clara separación entre el bien y el mal. Para los yorubas dicha concepción no está aislada de tales preceptos. Así lo ilustra la siguiente narración:

Olofi creó el mundo en dieciséis días. En siete creó todo lo bueno y descansó. En el octavo día, tomó otí (aguardiente) y se emborrachó. Así continuó la Creación imperfecta; pero una vez que descubrió su obra, se avergonzó y tuvo misericordia. Fue así que determinó esconderla en lo último de su palacio, en Otonowa. Allí, llamó a su más fiel servidor para que cuidara de todo lo malo por él creado. Este no era otro que el orisha Eshú quien, sin reclamo, obedeció la orden de su padre.

Dieciséis días con sus noches permaneció frente a la puerta donde Olofi guardaba tan celoso secreto. Uno de esos días, sintió curiosidad y entró a la habitación para encontrar un sinfín de fenómenos. Entonces pensó que sería más poderoso que Olofi, de quien sentía envidia, y decidió comenzar una sublevación que no fue apoyada por las demás deidades súbditas de Olofi. Pero el Creador sintió lástima de Eshú; lo despojó de su dignidad y lo mandó a Isalayé, la tierra, para que habitara en el monte.

Para el complejo mundo de la religión yoruba, no hay un concepto establecido sobre el mal. Eshú no es la representación más clara del mismo. Por ende, no se puede realizar comparación en cuanto a estos términos con otras tradiciones religiosas porque Olofi no solo creó el bien, sino que creó el mal en igualdad de condiciones. De aquí que Eshú no esté al mismo nivel absoluto que Olofi. Contrario a lo que afirman otras religiones como el cristianismo, cuando establece la comparación entre Dios y el Diablo, y pone a este último al mismo nivel que Dios, aunque afirman que Dios es más poderoso, pero su filosofía se basa en la lucha antagónica entre el bien, Dios y el mal, el Diablo.

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